La semana pasada, aprovechando esos rayos de sol que aún guarda septiembre, me fui a un rincón precioso.
Los árboles dejaban pasar por entre sus hojas finos rayos de luz que, ayudados por el viento, dibujaban sombras en la tierra.
El verano se está despidiendo con su mejor espectáculo; aún nos reserva días luminosos y templados que invitan a caminar, sorteando los espacios dominados por el sol y los rincones vencidos por la sombra.
Allí, rodeada de naturaleza, saqué a mis POUPÉES y les empecé a sacar fotos.
Cerca de un fino riachuelo, descansando sobre una roca, tenemos una camiseta con encaje elástico rojo en las bocamangas y el bajo, a juego con el gran botón que adorna el cuello del vestido.
El encaje negro se intercala con el beige para formar un vestido corto, en cuyo escote, luce una ancho lazo de gros grain negro.
El cabello lo adorna con una sencilla rosa de satén rojo.
Caminando un poco más, me encuentro con un árbol. Bajo su sombra, reposa esta POUPÉES sobre camiseta negra, con encaje en el mismo color en bocamanga y bajo.
Para dar color al modelo, se utilizan pequeños rectángulos de encaje elástico con estampación floral multicolor.
Coordinando con el vestido, un tocado con encaje y botón forrado de lana morada, adornan el peinado partido.
El escote se remata con un bies en algodón negro, adornado con un lazo de cordón, rematado con abalorios rojos.
El escote se remata con un bies en algodón negro, adornado con un lazo de cordón, rematado con abalorios rojos.
La tarde ya va cayendo.
Las luces de los focos del espectáculo del fin del verano se van bajando y los días son más cortos. Recojo los pocos bártulos que me acompañaban y me dirijo a casa con un pensamiento: "Va a empezar la nueva temporada. Las hojas ya están cayendo".
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