sábado, 29 de septiembre de 2012

COMPLEMENTOS EN LA HISTORIA II: TACONES EN VERSALLES


En el "Rincón de Moda" de esta ocasión nos vamos a trasladar al palacio de Versalles, en el siglo XVII. Viajaremos al momento en el que París comenzaba a emerger como la ciudad europea del lujo y a ser el espejo ante el que todos se querían asomar para verse a la moda.
Por aquel entonces reinaba Luis XIV, apodado "el rey sol", y su gusto por lo refinado y ostentoso influiría en toda la corte y, por extensión, en la ciudad y mas tarde en Europa y el mundo.


Ya desde su niñez Luis XIV impuso algunas de sus costumbres a la hora de vestir: enormes pelucas de pelo natural, mangas adornadas con ricos encajes venecianos y, como no, sus famosos zapatos de tacón alto.
La exquisitez y el lujo de la indumentaria de esta época también se traslada a los pies. El calzado se vuelve más elaborado y aparece lujosamente decorado.
Gana importancia, sobretodo, el calzado masculino que ahora se puede ver debido a la longitud de las prendas -durante el Barroco la indumentaria masculina se acorta dejando las piernas y pies al descubierto-.
Las botas amplían sobremanera la boca de sus cañas, los empeines, que ahora suben por el pie, lucen lazos (conocidos como molinos de viento), joyas, bordados o hebillas de considerable tamaño.  
Pero volvamos a Luis XIV. 
No es que el rey inventase un nuevo zapato masculino, ya en el siglo pasado se utilizaban entre los hombres calzado con tacón, pero este estaba relegado a las botas ya que así resultaban más cómodas para montar a caballo.
Dicen las malas lenguas que entre muchos de los complejos del "rey sol" se encontraba el de la estatura y que por eso encargó unos zapatos que lo hiciesen más alto.
Zapatos exquisitos y únicos elaborados siempre por su zapatero personal, el francés Nicholás Lestage.
Las instrucciones del monarca fueron claras y muy precisas: refinados, aunque adornados con vistosos lazos, brocados y piedras preciosas, con suelas de color rojo y tacones con una pequeña curvatura.
Algunas de las creaciones de Nicholás hasta representaban batallas cuidadosamente bordadas con hilo de plata. Todo un derroche de lujo y sofisticación.



El rey era tan fanático de sus nuevos zapatos que para evitar copias prohibió llevar el exclusivo modelo al resto de la corte y aquel que lo desobedeciese sería castigado con la pena de muerte. De esta forma aseguraría la exclusividad de su calzado y también dejaría constancia con su vestir de que él era el rey.


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