Ayer estaba viajera y tras visitar una exposición titulada "Orinoco. Viaje a un mundo perdido" (espectacular, por cierto) en el Gaiás Cidade da Cultura en Santiago de Compostela, nos fuimos hasta Caldas de Reis ya en la provincia de Pontevedra.
Y ¿cómo terminamos ahí?
Pues porque me hicieron un encargo y claro no podía no hacerlo.
Ya en la pequeña ciudad descubrí una serie de rincones que me encantaron y que os voy a enseñar.
Empezamos con un enorme mural con un interesante pasatiempo ya terminado.
De entre todas las palabras me quedo con estas:
ESTRÉS
Porque en estos tiempos todos padecemos de estrés en algún momento y porque intentamos por diferentes caminos y sortilegios deshacernos de él.
BESO
Porque nunca nos aburrimos de ellos, porque nos calman ante las tormentas y porque me encanta darlos y recibirlos.
Al estar dentro del Camino de Santiago te encuentras rincones que hacen referencia a él, en los parques por ejemplo.
Y otros en los que la tradición religiosa está presente.
Junto con las inquietudes espirituales también conviven las sociales mostrándose a lo grande en las fachadas y entre los árboles.
También, entre jardines y al borde del río,
encuentras un rincón donde dormir sobre las hojas.
Pero, ¡qué despiste!
Aún no os expliqué qué misión me llevó a este punto del mapa.
Mi misión era comprar un bizcocho que mi padre compraba siempre que pasaba por Caldas.
He de decir que no encontré exactamente el que él quería, pero le llevé otro riquísimo.
Aprovechando la compra me tomé una infusión y me di un capricho en el salón de té donde cumplí mi misión, aunque fuese a medias.
¡Estaba todo delicioso!
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