lunes, 27 de febrero de 2012

LA CIUDAD ETERNA: ROMA


¡Ya estoy de vuelta de mis vacaciones! ¡Qué pena! Pero hay que volver a la vida rutinaria, ya sabéis, a trabajar y esas cosas tan divertidas.
Tal y como os prometí en el post de despedida os he traído fotos de la ciudad donde estuve y, a donde por cierto, no me importaría volver, porque me encantó.
No os asustéis que no os voy a poner las más de 100 fotos que tengo del viaje; pero tampoco os voy a poner las típicas que todo el mundo enseña cuando se va a visitar  Roma. 
Si, estuve en Roma, y me enamoró. 
Las fotos que os voy a enseñar reflejan rinconcitos que me gustaron y que creo que también os van a gustar. 
La primera, aunque sea la foto de un camino, es muy especial, porque si seguías esta vía ibas a dar a un sitio con mucha historia; eso si, hazlo sin tacones.
En su tiempo los que por ella caminaban lo hacían con sandalias planas; mucho más cómodas que un tacón sin lugar a dudas.
Este camino conduce al Foro Romano.


Caminando por las muchas callejuelas de esta ciudad y con la lluvia de compañera me encontré con este escaparate. Pertenece a una tienda de cortinas y llamaron mi  atención todas estas borlas tan bien colocaditas en uno de sus escaparates.
Son geniales todos los colores y las diferentes formas de cada una de ellas. Si no te fijas parecen un grupo de bailarinas danzando para ti.


Como en todas las ciudades, allí también era carnaval y en la Piazza Navona estaban alegrando la tarde este grupo de actores.


Ataviados con sus disfraces, se iban moviendo en un carro tirado por caballos; mientras lo hacían iban tocando música y cantando. Se podía respirar el aire de fiesta mientras contemplabas a los colosos de la Fontana dei Quattro Fiumi o te perdías entre los muchos pintores que exponen y venden sus obras en esta plaza.


Al  dejar atrás la música de la Piazza Navona, después de moverme por entre las calles, me encontré con un curioso mercado.
Estaba situado en el centro de Campo de´Fiori, una plaza preciosa, y en él se vendían pastas multicolores, plantas, ropa y muchísimas especias.



No me podía ir de Roma sin probar sus famosos helados. Pues mientras escuchaba el agua de la Fontana di Trevi y me maravillaba con su belleza me tomé un helado de yogur  y kiwi. 
Y antes de que os lo preguntéis, si, tiré una moneda para volver a la ciudad.


Me encantó pasear por Roma, me gustó su ambiente tranquilo y cada una de las sorpresas que te va dando la ciudad, ya que donde menos te lo esperas surge del suelo algo colosal que te empequeñece o algo con formas tan delicadas que te enamoran.
¿Alguno de vosotr@s estuvo en Roma? Si no fuisteis, os la recomiendo; y si habéis estado contarme qué os pareció.

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