jueves, 27 de diciembre de 2012

COMPLEMENTOS EN LA HISTORIA IV: ¡QUÉ RIDÍCULO!


La historia que os traigo hoy es el inicio de la vida de un complemento imprescindible hoy día para las mujeres y, ya por fin, para algunos hombres.
Os voy a contar el origen del bolso.
Hasta el siglo XVI las mujeres ocultaban sus objetos en los pliegues de las faldas o en las mangas. Un siglos después, en el XVII, aparecerán los bolsillos que, a diferencia de hoy día, no se cosían al vestido, sino que se ataban a la cadera; el volumen de las faldas de esa época permitía que esta parte de la indumentaria pasase desapercibida.


Con la aparición del estilo imperio alrededor de 1790 en París, el volumen de las faldas desaparece y con él también se va la posibilidad de ocultar los bolsillos.


Este pequeño contratiempo sería el origen del bolso.
La solución no fue otra que ponerle un cordón o correa a los antiguos bolsillos


A estos primeros bolsos se le llamaron "reticulos", del latín "reticulum" (bolsa pequeña de malla).
Pero la prensa francesa, que era muy crítica con la idea de que una parte del vestido femenino, hasta ahora oculta, fuera exhibida, lo rebautizó con el nombre de "ridículo". La intención era clara, se buscaba la burla y el escarnio de las damas por lucir sus bolsillos colgando de un cordón y a la vista de todos.
Pero este intento de sabotaje no tuvo éxito y hacia 1805 no había ninguna dama que no saliera de casa sin su "ridículo".
Las damas tenían un bolso para cada ocasión y debatían en las tertulias sobre cómo llevarlo de manera adecuada.


Se realizaban con tejidos a juego con el vestido o con el mismo tejido.
También se le añadían adornos de pedrería o metálicos.


Algunos llegaron a ser auténticas piezas de joyería.



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